
SANTIAGO DE CHILE, 2 de abril.— La ex presidenta chilena y precandidata a un nuevo mandato, Michelle Bachelet, anunció ayer, en su primer acto de campaña, que si gana los comicios presidenciales de este año su primer proyecto de ley tendrá como objetivo poner fin al lucro y avanzar hacia la gratuidad de la educación.
“El primer proyecto que voy a enviar al Congreso va a ser para poner fin al lucro y avanzar en la gratuidad en todos los niveles”, señaló la ex mandataria (2006-2010), en un acto celebrado en Conchalí, un barrio popular del norte de Santiago, en respuesta a una de las principales preocupaciones ciudadanas.
Este es el primer acto público de precampaña que protagoniza Bachelet después de que el pasado miércoles regresara de Nueva York, donde trabajó durante dos años y medio como directora ejecutiva de ONU-Mujeres, y anunciara su intención de volver a La Moneda (sede del gobierno).
En esa ocasión, Bachelet hizo su anuncio en El Bosque, otro barrio popular de la capital, y sin presencia de representantes del Partido Socialista y del Partido por la Democracia, que la proclamarán como candidata el próximo 13 de abril.
Desde su llegada a Chile, Bachelet no ha aparecido en público junto a ningún representante de esos partidos, que arrastran una baja valoración ciudadana, lejos de la popularidad de la que goza la ex mandataria.
Aunque todas las encuestas la sitúan como ganadora de los comicios que se llevarán a cabo el 17 de noviembre, Bachelet tendrá que competir antes con otros candidatos en las primarias que la Concertación, la coalición de centroizquierda que gobernó el país entre 1990 y 2010, celebrará el 30 de junio.
Ayer, Bachelet se reunió con dirigentes sociales, en un gesto representativo del acento ciudadano que quiere dar a su candidatura.
“Yo pienso que no estamos en la época en que se ofrecía desde arriba un programa para dirigir el país y la gente sólo podía decir sí o no”, señaló.
Después hizo un breve discurso pero, tal como ocurrió el pasado miércoles, no respondió a preguntas de la prensa.
Con su anuncio sobre educación, Bachelet se hace eco de una de las mayores quejas de la ciudadanía, que durante su ausencia irrumpió en masivas movilizaciones para reclamar un cambio al sistema impuesto en 1981 por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El fin al lucro en la educación, prohibido por ley, pero burlado por una serie de resquicios, junto a una educación pública gratuita y de calidad, son el centro de las demandas estudiantiles que estallaron en Chile en 2011.
En este capítulo, la ex mandataria se enfrentará a las reticencias de los estudiantes secundarios, que la acusan de haberlos traicionado tras sus movilizaciones de 2006, y del resto de la comunidad educativa, que considera que la Concertación no hizo suficientes esfuerzos por modificar el sistema.
Ese modelo ha llevado a la educación primaria y secundaria a una fuerte segregación escolar y a notables diferencias entre centros públicos y privados, y obliga a los universitarios a endeudarse para pagar las elevadas cuotas de sus estudios.
El jueves pasado unos 20 mil estudiantes marcharon por Santiago en demanda de una profunda reforma educativa que acabe con el lucro y fortalezca la alicaída educación pública.
“No podemos seguir con ajustes o reformas pequeñas”, señaló Bachelet en alusión a las propuestas implementadas por el gobierno del derechista Sebastián Piñera.
“Para hacer realidad esta reforma educacional, como otras reformas, no basta con la voluntad del gobierno. Se requiere de una amplia mayoría parlamentaria para poder realmente propiciar estos cambios”, aseveró la ex mandataria.

