
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de julio.- Los días de paros magisteriales en Guerrero y Michoacán implicaron a la Federación mil 759 millones de pesos en la educación para más de medio millón de alumnos sin que se cumpliera el propósito de ofrecerles en ese periodo una formación académica pública y gratuita, como lo estipula el artículo tercero constitucional.
Ese número de estudiantes afectados por la suspensión de actividades que los docentes realizaron en contra de la reforma educativa no sólo perdieron clases y terminaron el año escolar con 40 días menos de los 200 que estipula el calendario de la SEP, sino que la inversión hecha por el gobierno federal para su educación incumplió el objetivo de hacer valer el derecho que tenían esos niños a aprender.
Ayer concluyó el ciclo escolar 2012-2013, en el que, en promedio, 540 mil alumnos de preescolar, primaria y secundaria de Guerrero y Michoacán terminaron un año escolar con una quinta parte menos de días de clases; tiempo en el que la Federación mantuvo una inversión de mil 759 millones de pesos para el gasto educativo de esos niños que estuvieron fuera de las aulas.
De acuerdo con el Panorama de la Educación 2013 de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México gasta, en promedio, dos mil 500 pesos al mes para la educación de cada alumno de educación básica, cantidad equivalente a 83.3 pesos diarios, es decir, que la Federación invirtió más de mil 759 millones de pesos para educar a 540 mil estudiantes de los dos estados, aunque el objetivo de tenerlos en las aulas para su formación académica se interrumpió.
En Guerrero, el gasto educativo que efectuó la Federación por cada niño que no estuvo en el aula durante 40 días representa una inversión de tres mil 332 pesos, es decir, que por los 300 mil alumnos que no tuvieron clase en ese periodo de paro suma un total de 999 millones 600 mil pesos.
En Michoacán, el monto invertido en la educación por niño durante 38 días de paro de maestros fue igual a tres mil 165.40 pesos por alumno, lo cual se desprende de la inversión diaria de 83.3 pesos por niño durante 38 días; de modo que por los 240 mil niños que no fueron ese tiempo a la escuela, el gobierno federal destinó 759 millones 696 mil pesos.
Esos recursos ejercidos para el gasto educativo en ambas entidades durante el paro suman más de mil 759 millones de pesos, tomando en cuenta que, por día, el Estado invirtió 83.3 pesos para la educación de cada niño.
El INEE señala que el gasto por alumno es la “cantidad promedio de recursos que destina el Estado a la atención de un alumno en las escuelas”.
Eso significa que por 300 mil niños guerrerenses que no pudieron ir a la escuela con normalidad durante 40 días da un total de 999 millones 600 mil pesos, mientras que en Michoacán representa 759 millones 696 mil pesos por los 240 mil alumnos que se ausentaron 38 días entre abril, mayo y junio.
El presupuesto etiquetado como gasto educativo por alumno implican recursos que la Federación debe ejercer en diversos rubros, como pagos a conserjes, servicios públicos de las escuelas, como luz y agua, mantenimiento cotidiano y uso de materiales para las clases, entre otros.
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) señala que el gasto público por alumno es la “cantidad promedio de recursos que destina el Estado a la atención de un alumno en las escuelas”, lo cual deriva en la inversión en recursos humanos, materiales educativos e infraestructura necesaria para impartir la enseñanza.
Cabe destacar que el presidente de la organización Mexicanos Primero, Claudio X. González, había asegurado que el pago a los maestros que no dieron clases derivado de los paros y que obligaron a sus alumnos a dejar de aprender y que ya se fueron de vacaciones representa “un crimen” sin castigo, porque más de 40 días de actividades académicas es prácticamente un ciclo perdido.

